EDGAR DEGAS. UN IMPRESIONISMO ORIGINAL.

Este gran pintor francés (1834-1917), contemporáneo de Monet o Renoir es considerado, como ellos, impresionista, pero presenta rasgos particulares que lo hacen aparecer como un peculiar miembro de esta corriente artística.

A diferencia de los demás impresionistas, Degas pinta sobre todo interiores, no paisajes, y está obsesionado por dos temas: las bailarinas y los caballos de carreras. Tanto le gustaban las dos cosas que pintó series de cuadros de cada uno de estos temas. Por lo demás, sigue las directrices de sus compañeros: captación de lo fugaz e instantáneo, ausencia del negro y de los contornos, estudio profundo de la luz y la "atmósfera", que casi podemos respirar.

FUTURISMO. BOCCIONI. "DINAMISMO DE UN CORREDOR"

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Las bailarinas asisten a clase de danza en una gran sala con suelo de madera y una escalera de caracol. Sus vaporosos vestidos parecen conquistar el espacio circundante y las cintas de bellos colores le dan la réplica al luminoso blanco de los tules. Las chicas están en diferentes actitudes, unas ensayan posturas y pasos de baile, otras están calzándose las zapatillas, vistiéndose, esperando sentadas, bajando las escaleras, etc.

Degas juega con planos iluminados de forma diferente, el fondo de la estancia es muy luminoso, pero no así el primer plano, que se encuentra al abrigo de la luz que entra por las ventanas. Todo el conjunto produce un bello efecto estético.

LECCIÓN DE DANZA.

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Un bellísimo salón palaciego encuadra otra clase impartida por el viejo profesor con bastón (para marcar el ritmo). Suelo de madera y verde en la pared caracterizan el salón, cuyo gran espejo transforma el espacio percibido, reflejando la ventana y el paisaje urbano a través de ella. Las chicas ensayan, se componen el vestuario o esperan en los escalones del fondo con sus madres, que las acompañan. La atmósfera es muy fácilmente captable por el espectador, dando incluso la sensación de poder moverse entre las bailarinas. De nuevo Degas usa la técnica fotográfica de cortar cuerpos y objetos para impresionar con la inmediatez y fugacidad de la toma.

ENSAYO EN EL ESCENARIO.

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Degas capta un momento del ensayo de las bailarinas, con el maestro marcando los pasos y detrás todos los telones y tramoyas de un escenario teatral. Curioso es contemplar dos caballeros colocados en posturas no muy refinadas y que, según algunos, serían clientes de algunas bailarinas que en sus horas nocturnas se dedicarían a la prostitución, de ahí la mala fama de las bailarinas en aquel tiempo. Estos dos hombres no están en absoluto interesados en la escena de baile puesto que ni la miran, más bien estarían esperando para "otra cosa".

Es muy poco impresionista el contorno marcado en carboncillo en ciertos bordes (zapatilla, brazos, faldas).

CABALLOS DE CARRERAS.

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Otro tema objeto de una numerosa serie de cuadros de Degas. El movimiento y vistosidad de los caballos de carreras sirve al pintor para reflejar lo inmediato y rápido. Sobre una bonita pradera embellecida por las florecillas primaverales, una serie de caballos con sus jockeys respectivos acaba de terminar una carrera o se prepara para comenzarla. El colorido es variado e intenso y la pintura emplea la técnica pastel, que marca mucho la rotundidad de los colores. Lo que de verdad interesa a Degas no es el paisaje sino los caballos, sus posturas y movimientos, sus actitudes, su colorido y los jinetes, vistosamente ataviados para las carreras.