CASPAR DAVID FRIEDRICH. ROMANTICISMO ALEMÁN.

C. D. Friedrich (1774 - 1840) es tal vez el pintor romántico alemán más conocido e interesante. Representa en sus obras paisajes románticos, es decir, fantasiosos, imaginativos, llenos de fuerza e incluso a veces, macabros.

El hombre aparece en sus cuadros empequeñecido e impotente frente a las fuerzas naturales y se limita a observar las bellezas sublimes de la naturaleza. Esas puestas de sol, las brumas, las cumbres, los hielos, los bosques forman paisajes extraordinariamente sugerentes.

En los cuadros de Friedrich podemos sentir la emoción y la pasión por la naturaleza, nos sorprendemos ante la sublime estética de sus atardeceres con cielos rojizos y anaranjados, un espectáculo salvaje para nuestros sentidos.

"El pintor no debe pintar sólo aquello que ve exteriormente, si no lo que descubre en sí mismo. Y si en sí mismo no ve nada, más vale que deje de pintar lo que tiene delante" Esta frase del autor deja patente el papel que concede a la subjetividad, al impulso interior y a la pasión.

Sus paisajes tienen tanta fuerza que algunos los tildan de trágicos. Son espacios grandiosos, con puntos de vista altos y lejanos horizontes.

Pintó paisajes de Sajonia y las costas del Báltico, sintiendo especial predilección por acantilados, playas desiertas, glaciares y fantasmagóricos bosques.

Técnicamente utiliza colores ácidos, lo que unido a una ejecución muy cuidadosa (típicamente alemana) dan como resultado una tensión emocional muy atrayente.

EL VIAJERO (1818).

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Una vista espectacular desde esta atalaya disfruta el elegante caballero apostado en la cumbre. La naturaleza despliega sus encantos mezclando montañas, niebla y cielo.

Es temprano por la mañana y la niebla cubre los valles mientras las cumbres de las montañas emergen de ella. Las coníferas (pinos, abetos y cedros) se dejan entrever asomando esbeltos entre los peñascos.

En cuanto al caballero, muy elegante, viste levita y se asiste con bastón. Su cabello vuela libre al viento y desde su privilegiada posición se concentra en la contemplación de esta maravilla.

El cuadro es una visión romántica de la soledad del individuo y de su insignificancia frente al poderío de una naturaleza espléndida y apabullante.

PUESTA DE SOL EN EL MAR.

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Dos personajes femeninos y un señor, todos ellos muy bien vestidos y peinados, asisten al siempre bello espectáculo de una puesta de sol sobre las aguas del mar. Las redondeadas rocas de la orilla son su observatorio y el escenario que se despliega ante ellos es singularmente bello.

El sol se está ocultando tras las deshilachadas nubes oscuras. Sus reflejos anaranjados se extienden por el único claro que tiene el cielo y se reflejan en el agua, que refulge vivamente. Rumbo a puerto vienen dos veleros, uno ya plegando sus velas y el otro algo más lejos se mece suavemente al viento.

Qué maravilla es contemplar este espectáculo natural, ¿no te parece?. Aire puro, olor a salitre, extensos horizontes, y la puesta de sol... ¡ total nada!.

PAISAJE AL ATARDECER.

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Otra puesta de sol en un entorno costero. Dos pescadores ultiman las labores del día a bordo de su embarcación mientras por la zona aparecen desperdigados sus útiles de pesca, redes, anclas, sogas, etc.

La llanura lacustre del primer término, intensamente verde, contrasta con los reflejos naranjas y amarillos del sol sobre las tranquilas aguas, y sobre el cielo.

Unas granjas de bella arquitectura popular del norte de Europa y dos majestuosos veleros anclados en el mar sirven como telón magnífico.

Nuevamente el hombre es muy poca cosa en medio de este despliegue de bellezas paisajísticas y cromáticas. ¿no se debe de estar más a gusto aquí que en un antro lleno de humo, gente y ruido?

MAR GLACIAL.

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Un buque naufragado entre amenazantes placas de hielo, una luz mágica y una atmósfera de belleza serena componen esta obra magistral de Friedrich.

En su época fueron muy frecuentes los viajes de exploración al polo norte (Amundsen, Scott, etc) y en ocasiones terminaban en tragedia. Este es el caso. La tragedia se intuye tras la contemplación del barco deshecho y lo amenazante de un entorno hostil y despiadado. Resulta maravillosa la ejecución pictórica en lo referente al color, el dibujo y la luz.